jueves, 19 de agosto de 2010

UN SÚBITO FOGONAZO

Me van a perdonar los seguidores, si bien sé, que perdón no tengo. Lo digo por lo abandonado que tengo mi blog. Soy una esposa infiel que descuida al marido por mor del niño recién nacido. Vaya que la culpa la tiene Olivia de Talier, y su féretro y su tocador y la Biblia en verso que me lleva, me trae y me arrastra, de presentación en presentación, de abrazo en abrazo y de alegría en alegrón.
Qué queréis que os diga. Estoy cabalgando un sueño.
Algo que descubrí de niña, el intenso placer de crear historias, se va consolidando poquito a poco, seguramente durante el resto de mi vida. Y si al amor de la literatura acaba uniéndose el cinematográfico, ya podré cerrar los ojos y dormir en paz. Se habrán cumplido mis sueños.
Y vosotros que lo veais.

Pero como las cosas ocurren porque les da la gana y no porque una les de permiso, hete aquí que hoy, me ha dado por escribir una poesía. Ya ves, yo jamás de los jamases he sido poeta. Bueno, un poco cuando me enamoraba y tal, pero no cuenta, eso lo hacemos todos. Esto tampoco es una poesía en puridad de conceptos, ha sido más bien una violación del pensamiento, pues se me ha colado dentro, me ha obligado a garabatear un papel y ha salido del tirón, como si anduviese impaciente llamando a la puerta, taconeando chulesca porque no le abría. Estas musas... en fin, allá. Perdonadme los más versados, no es más que una humilde aportación "sentimental".

Susurros vacuos,
carne de pincel.
Me vendes lo que lates,
lo que no es, no es.
me senté en una piedra a oír llorar al río. Palabras de sangre, rosario de miedos sin nombre y con mucho apellido. Y alargué la mano. Una mano abierta y franca que prometía auxiliarlo. Pero él mutó su cauce y se alejó de mí, avergonzado de sus sueños desvencijados que ya chirrían, consciente de sus errores y de sus mermas. Extendida quedó mi mano, extendida y hueca. No quise ahuyentarlo, no fue mi intención. Quizá fue el sol de mediodía. Quizá fue el resplandeciente cegar del sol.
Susurros vacuos,
carne de pincel.
Me vendes lo que lates,
lo que no es, no es.

 
Libros mejor que Prozac © 2007 Template feito por Áurea R.C.